jueves, 26 de junio de 2008

Por un puto traje

Hace unos meses entré a trabajar en una de las mas grandes empresas de este país. Entré desde abajo, desde el escalón mas bajo. En lo que se denomina "personal de servicios". Yo en concreto me ocupaba de los almacenes, de surtir y enviar a la planta los juguetes que hacían falta. Por ello, llevaba una ropa de trabajo diferente. Iba vestido como me dijo mi jefe el primer día: "bien vestido, cómodo, ropa no muy nueva y con cierto decoro". O sease, unos vaqueros y una sudadera. Perfecto. Como entré en época de campaña de Navidad, no me pusieron uniforme, simplemente vestido de calle. Estaba, estoy y estaré muy orgulloso del trabajo que desempeñé allí. No me molestó para nada.

Durante esos meses, en las idas y venidas diarias por el interior del centro comercial, hice relación con multitud de gente que formaba parte también de ese "personal de servicios", tales como servicio de limpieza, pintores, decoradores, electricistas, servicio técnico en general, etc. Eran gente con la que te cruzabas a diario e intercambiabas unas palabras. En ocasiones, eran charlas animadas de intercambio de información personal, y en otras unas palabras y unas risas.

Cuando hace unos meses, volví a formar parte de esa empresa, ya lo hice desde un escalón mas alto. Ya entré a formar parte de otro tipo de personal. Y por tanto tenía que ir vestido con traje y corbata. A los pocos días noté lo que eso significaba para mucha gente. El traje es signo de distinción, te hace mas grande, mas fuerte y que estés mas bueno, por lo tanto, mas seguro de ti mismo. Pero cuando nos lo quitamos seguimos siendo los mismos gilipollas que eramos antes.

¿Qué sucede?. Que esa gente que lleva traje no se mezcla, o se mezcla muy poco con la gente que no lo lleva. No tienen relación alguna, y en algunos caso no desean tenerla. Los primeros días me cruzaba con gente con la que cogí cierta relación anteriormente y no me saludaban, bueno, no es que no me saludaran, es que simplemente no me miraban. Es como si por el hecho de llevar el traje y no formar parte de ese "personal de servicios" ya no pudieran saludarme o yo a ellos. Era yo el que los paraba y les contaba como me iba y que tal les iba a ellos.

Me molestó, me jodió eso. Y no es por culpa de ellos ni mía, es simplemente que nosotros somos así. Así de capullos. ¿Porqué voy a saludar yo a la señora de la limpieza? Por favor, que bajeza....pensarán algunos/as.

Que asco me dan estas cosas. Porque al fin y al cabo somos todos iguales, todos tenemos nuestra vidas, nuestras historias y nuestros problemas...

2 comentarios:

Tramp dijo...

el clasismo es una mierdacaaa!

Álvaro dijo...

Por posts como éste es por lo que me acordé de tí con el Dardo.

Viví la misma situación que tú hará no demasiado. Eso sí, no en el CI. Y la reacción fue la misma.

Intentar, intenté entablar la misma relación con quien antes la tenía, pero no era lo mismo, algo había cambiado.

Lo mismo que por la parte "alta", conociendo a gente nueva que antes, a lo sumo, dispenaba un "hola" o un "necesito que hagas algo".

Es triste, pero así somos.