domingo, 7 de septiembre de 2008

Siete Años

Hace siete años, cogí mi maleta, la llené de sueños e ilusiones y me vine para la que para mi era la ciudad de las oportunidades. Llegué aquí hace siete años, con toda mi energía y mis ganas de aprender cosas nuevas de todo en general y de la vida en particular. Me vine de mi ciudad natal a la gran capital, a Valencia, para estudiar una carrera que me daría la oportunidad de ser algo de provecho en la vida.

Mi primer año aquí se convirtió en uno de los mas amargos de mi vida. Fue un cambio brutal y los acontecimientos que me sucedieron no me ayudaron, sino todo lo contrario. Mi primer año, vivía en un Colegio Mayor en el que lo mas importante era ir a misa y confesarse a diario. Comprendí entonces que la gente mas intolerante es la gente que no se respeta a si misma y que son manejados como marionetas por unos listos que se llenan los bolsillos. Lo pase muy mal. No me gustaba Valencia, ni su gente, ni su ambiente, nada había allí que hiciera que me sintiera agusto. Debido a ese malestar, empecé a coger cierto asco a la carrera, al principio estaba muy ilusionado de haber conseguido poder estudiar la carrera que quería, pero en unos meses esa felicidad se desvaneció por completo. No quería seguir, quería volver a casa, con mi madre, que era la única que podía entenderme, pero no se porque ella tampoco lo hacía. Me encontraba perdido, en una ciudad nueva, donde no conocía a nadie y en la que todo lo que me rodeaba me producía asco a la vez que temor.

Pasó ese primer año y me cambie (obviamente) de lugar de residencia. Ingresé entonces en otro Colegio Mayor, La Concha se llamaba. Este era todo lo contrario al otro, era un sitio para vivir y compartir ilusiones y deseos con mas gente de diferentes lugares de España. Empecé desde cero, dándome otra oportunidad a mi, y a la carrera. Todo era nuevo, rompí con toda relación anterior y me prometí que mi vida en Valencia empezaba a partir de ese momento.

Estuve cuatro maravillosos años en La Concha. Nunca jamás olvidaré esos años. Fueron los mejores de mi vida, no podré volver a repetir y a sentir lo que sentí en mi estancia allí. No se puede describir. Esos cuatro años hicieron que me formara como persona, que pasara de ser un chico asustado por no entender ciertas cosas de la vida a ser un hombre con ganas de hacer cosas y de coger al toro por los cuernos. Sin duda, el día que me enteré de que cerraban el Colegio por motivos económicos, fue uno de los mas tristes de mi vida. Hice relaciones, amistades, que puede que duren para siempre o no, pero cada vez que paso por el lugar donde estaba situado mi Colegio Mayor un sentimiento de profunda pena y tristeza me invade. Supongo que de todas maneras un día cualquiera hubiera tenido que dejarlo para tomar otros caminos, pero como la despedida fue tan de sopetón, se me hizo aún mas difícil.

Por ello, tuve que empezar de nuevo y comenzar otra experiencia nueva en mi vida. La convivencia en un piso de estudiantes. Otra cosa nueva que apuntar en mi lista de experiencias personales. Me fui con la gente que quería y que me apetecía y con la que tenia la suficiente confianza como para compartir un piso. La convivencia resultó ser bastante buena, aunque al final se torció debido a que ciertos padres no saben educar como dios manda a sus hijos, y claro a estas alturas ya es tarde para volverlos a enseñar.

Tras siete años fuera de casa viviendo aquí en Valencia, hago un balance muy positivo. Muchas cosas han cambiado desde ese día que con un profundo pesar hice la maleta para venirme a estudiar aquí. Y como son las cosas, ya no estudio, me la deje a medias. Así es la vida, empiezas algo y acabas haciendo otra cosa diferente.

Estos siete años me han servido para darme cuenta de muchas cosas, para espabilarme y buscarme la vida, para conocer a gente maravillosa y a otra no tanto, para encontrar al amor de mi vida, perderlo y volverlo a encontrar, y para darme cuenta de que la vida no es tan fácil como la vemos nosotros o como creemos que es.

Ahora trabajo, me pago el piso y los caprichos, soy totalmente independiente, después de siete años, nadie me mantiene ya. Estoy orgulloso de mi mismo y de estar como estoy ahora. Tras siete años la cosa me ha ido bien, no me quejo, me encuentro en uno de mis mejores momentos, y espero que siga así durante mucho, mucho tiempo.....

4 comentarios:

ellohir dijo...

Supongo que eso es la vida, avanzar. Yo también era un niñato asustadizo, seguramente lo recuerdes. Aunque aún me quede un tiempo para ser independiente, espero que me vaya todo tan bien como a ti.

Me alegro mucho por ti, tío.

Anónimo dijo...

hey, un abrazo de parte de Abelardo!
de vez en cuando te leo...
que vaya bien todo y recuerdos

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, bueno, mi estimado amigo Perry. ¿Qué os ha pasado a todos este verano que os habéis ido a Ikea a redecorar vuestros blogs?
Joer me siento que no he hecho los deberes. Todos les habéis peusto un toque futurista y yo en calzas verdes como siemrpe.
En fin, que se le va hacer, qeu sepas que me ha imrpesionado mucho.
Muy interesante tu post. Yo he vivido en Valencia y estudié en los Escolapios Me tuvieron qeu sacar de allí por los mismo motivos que tu cuentas, fue salir del rollo cura y todo cambió.
Entiendo muchas de las cosas que dices, y me parecen muy tiernas. Espero qeu los próximos siete años seas aún más feliz.
Por cierto, hay amistades que duran toda la vida, todo depende de las partes que la integran. Me explico yo tengo una amistades de la mili, y por más que pase el teimpo nos seguimos viendo como el primer día, e incluso hemos visto como nos hemos ido casando los unos y los otros.
Muchas gracias por seguir mis andaduras por tierras norteamericanas.

Perry Mason dijo...

Un saludo Abelardoooo!!!

Y a los demás, gracias por el apoyo!